Los vaivenes de una medida impositiva que podría beneficiar a la economía y que fue anulada por la dictadura.
Iván Werning es uno de los ocho economistas jóvenes más importantes del mundo, de acuerdo a un relevamiento que la revista The Economist realizó entre autoridades en la materia y publicó en la última edición de 2008. Werning es argentino, tiene 33 años, se recibió en la Universidad San Andrés, hizo una maestría en la Torcuato Di Tella, se doctoró en Chicago y actualmente es profesor del MIT (Massachusetts Institute of Technology). Uno de sus aportes teóricos más relevantes es la demostración de que una forma eficiente para disminuir la desigualdad social es a través de un impuesto a la herencia, que en su teoría asume la forma de un subsidio progresivo que crece en función inversa al monto de la herencia.
La tesis de Werning le da nuevo sustento académico a un mecanismo que se utiliza desde hace muchísimo tiempo y que hoy en día rige en varios países del mundo. Estados Unidos aplicó por primera vez un impuesto a la herencia a poco de haber declarado su independencia, y actualmente está vigente en varios de sus Estados. En Inglaterra están gravadas las herencias superiores a las 312.000 libras (450.000 dólares) con porcentajes que llegan hasta el 40 por ciento para la escala superior, lo que les permite recaudar algo más de 5.000 millones de dólares anuales.
Bélgica y Francia tienen un impuesto similar bajo la denominación de derecho sucesorio, y bajo diversas otras formas también existe en Alemania, Holanda, Finlandia e Italia, que lo había abolido en 2001 y lo reestableció en 2006 para las grandes herencias.
En la región existe, por ejemplo, en Chile con una alícuota que llega al 25 por ciento. En Brasil se aplica a nivel estadual aunque con porcentajes bajos.
La Argentina se quedó sin impuesto a la herencia a comienzos de la última dictadura militar, porque el entonces ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz decidió derogarlo por motivos ideológicos y, según una versión nunca del todo confirmada, también en beneficio propio ante un legado que estaba por recibir.
Desde entonces hubo varios intentos para reimplantarlo, que por una u otra razón nunca terminaron de concretarse. El gobierno de Raúl Alfonsín envió en 1985 un proyecto que alcanzó a tener media sanción y luego languideció. Diez años después, la legislatura bonaerense sancionó el impuesto a nivel provincial, pero jamás se reglamentó.
Más acá en el tiempo, a mediados de 2006, el entonces diputado por el ARI, Adrián Pérez, presentó un proyecto de impuesto a la herencia que dejaba exentos los primeros 300.000 pesos y gravaba con tasas progresivas que iban del 3 por ciento para el tramo de hasta 805.000 pesos y llegaban al 35 por ciento para los montos mayores a 10 millones. Lo recaudado, que el actual jefe del bloque de la Coalición Cívica estimaba en unos 1.000 millones de pesos anuales, iba a tener como destino específico la educación pública.
En ese momento el diario La Nación editorializó en contra de la iniciativa señalando que "la donación voluntaria de un bien es una decisión que un gobierno no debería impedir ni limitar mediante la aplicación de un impuesto". Caracterizaba el proyecto como típico de un régimen colectivista, argumentaba que "regulaciones y elucubraciones intervencionistas nunca son gratuitas, pues crean desaliento y muy probablemente terminan afectando el ahorro y la inversión", y finalizaba pronunciando que "por todo ello entendemos que no sería conveniente reimplantarlo".
Un contraargumento frente a la postura del diario es precisamente la teoría de Iván Werning, que no es un ideólogo del colectivismo marxista, sino un egresado de las universidades San Andrés, Di Tella y Chicago que apenas está preocupado por los problemas en la distribución del ingreso generados inexorablemente en el capitalismo.
Considerando que el kirchnerismo ha tomado la redistribución del ingreso como una de sus principales banderas (que hasta 2007 se tradujo en mejoras concretas y a partir de entonces es mero discurso), la lógica indicaba que un Congreso cómodamente controlado por el oficialismo era un ámbito propicio para que prosperara el proyecto presentado por Adrián Pérez y otros dos diputados del ARI. Sin embargo, tras ser girado a dos comisiones la iniciativa quedó en la nada.
Habrá que ver qué sucede con otro proyecto en igual sentido que a fines de noviembre pasado presentaron los diputados Hugo Prieto, Gustavo Serebrinsky, Norberto Erro y Héctor Alvaro, todos radicales K que siguen aliados al gobierno. Proponen gravar las herencias superiores al millón de pesos con alícuotas que van del 8 al l5 por ciento para los montos de hasta 1,5 millones, y llegan hasta el 40 por ciento para cifras superiores a los 6 millones. En los fundamentos señalan que "el derecho a la igualdad no está únicamente garantizado por el artículo 16 de nuestro texto constitucional, sino que el artículo 75 inciso 23 impone ´el deber de legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato´".
Basándose en filósofos liberales igualitarios como John Rawls y Ronald Dworkin, afirman que "los principios de justicia que debieran regir la sociedad tendrían que disminuir las diferencias que el producto del azar imprime sobre la situación de las personas", y ponen como ejemplo que "no hay ningún mérito en haber nacido en un piso de Avenida Callao y Libertador, y por ello ser acreedor de una inmensa herencia, mientras que quienes nacieron a unas pocas cuadras, en la villa 31, no puedan ser acreedores de nada".
También será interesante observar qué trato le dará el oficialismo kirchnerista en la legislatura bonaerense al proyecto que, casi en simultáneo con el anterior, presentó la diputada Laura Berardo para gravar a nivel provincial las herencias mayores a los 700.000 pesos a fin de alimentar con la recaudación el Fondo Provincial Educativo. Este proyecto "implica una decisión política muy importante donde los que más tienen paguen más", señaló su autora antes de abogar por "la construcción de un sistema tributario que realmente grave a quienes acumulan ganancias y no a quienes consumimos diariamente los artículos de primera necesidad". Berardo integra el Movimiento Libres del Sur, la agrupación política que tiene entre sus dirigentes más conocidos a Humberto Tumini, Jorge Ceballos y la diputada nacional Victoria Donda, y que hace un par de meses se despegó del kirchnerismo con cuestionamientos de diversa índole, entre los que no faltan los reclamos al gobierno para que la redistribución del ingreso vuelva a ser tan práctica como retórica.
miércoles, 21 de enero de 2009
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